escombros

sábado, 6 agosto 2011. Parece una verbena popular en la calle, junto a una muralla de piedra. No reconozco la ciudad, podría ser Lugo. Camilo se acerca a saludarme, se sorprende de que esté allí, dice que tenga cuidado, que no me aleje de él. Me lleva de un lado a otro de la mano, a veces de la cintura. Aparecen dos amigos suyos, una pareja. Él nos cuenta que ella está muy triste y no sabe qué hacer, que no quiere que ella lo deje. Le digo que sólo tiene que hacer un dibujo y dejárselo por las mañanas junto al azucarero, en la bandeja del desayuno. Mientras hablamos, la chica se ha metido en un contenedor de escombros. La vemos nadar como si estuviera en una piscina, tiene la cara llena de barro.