rinoceronte

viernes, 19 agosto 2011. Tengo que leer un poema sobre un escenario. El escenario sólo es un cajón enorme de madera sobre la arena, muy cerca de la orilla. Intento leerlo, pero la letra es muy pequeña y no llevo mis gafas. Alguien me grita con impaciencia que lo diga de memoria. Respondo, también a gritos, que no me sé ninguno de mis poemas. Pues entonces dibuja un rinoceronte, dice alguien. En una mesa junto al escenario, reconozco a Daniel, está sentado de espaldas, como si lo hubieran castigado, parece que dibuja.