canadá

miércoles, 16 mayo 2018. Suena el teléfono, está en una especie de montacargas que hay en el pasillo. La voz me resulta familiar, pero hasta que pasa un rato de conversación no reconozco a Omar. Lo noto triste, le pregunto dónde está. En Canadá, dice. Me cuenta que quiere que convierta la novela en un libro de poemas y él la ilustrará con fotos. Después se queda callado, no sé si está llorado. No le pregunto. Por no colgar, le voy describiendo lo que veo. Recorro la casa, veo humedades en techos y paredes.