socavón y cuatro novios

sábado, 29 diciembre 2018. Intento cruzar con mi sobrina la carretera de los montes. Cada vez que ponemos el pie en el asfalto aparecen un montón de coches (como en aquel capítulo de La Pantera Rosa). Corre, le digo. Corremos de la mano. Al llegar al arcén hay un socavón. Salta, le digo. Pero no lo supera y cae. Es muy profundo, no sé cómo voy a sacarla de allí.
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Hay una lectura. Noelia ha preparado una acción: Cada vez que aparezca en el poema, que va a leer en el escenario, la palabra rojo, debemos sacar una barra de labios y pintarnos. La mía se rompe a la primera. Dos señoras se ríen entre dientes. Después me toca a mí. Le pregunto a María Jesús de cuánto tiempo dispongo. Dos minutos, dice muy seria. Pienso que será imposible resumir Bleturge en dos minutos. Aparece Jesús Gea (al que hace más de 30 años que no veo). No se acuerda de mí. Me cuenta que ahora es editor. María Jesús le pregunta cuantos novios tuve joven. Cuatro, responde él sin pensárselo. Lo miro y niego con la cabeza como diciéndole: Ya te vale.