kilos

lunes, 2 enero 2023. Entramos en una calle muy estrecha en un coche que parece no tener techo. Me asomo (por arriba) para ver como salir de allí. Al fondo hay dos señales de calle sin salida, pero en realidad da a una playa. Alberto da la vuelta con facilidad. Ahora, en vez de una calle es un hotel. Al pasar por el hall, hay fuentes con bombones en el mostrador de entrada. Cojo una almendra imperial enorme, rellena de turrón, y se la doy a Nadia. De repente estamos en casa. Alberto y Jurdi están en la cocina quitando hielo al frigorífico. Alberto usa un líquido que parece caldo de pollo, y Jurdi pisotea el hielo metiendo los pies (con zapatos para todo; me parece que tiene los pies enormes). La casa empieza a llenarse de gente. Nadia me devuelve la almendra mordida, dice que no le gusta. Francis y Emilio, se sientan sonrientes, como espectadores felices. Llega una supuesta vecina que se parece a Jennifer Lopez. a dejar algo envuelto en una servilleta. Aparece mi hermana, mira a todos y pregunta cómo va mi novela. Me extraña porque jamás se ha interesado, pienso que está actuando. Le digo que, al no tener varios días seguidos libres, no avanzaba nada y la he dejado. Me corta diciendo que ha quedado. Estás más delgada, le digo. Responde que acaba de pesarse y solo pesa 16 kilos. Todos se echan a reír. Pero si el gato pesa 4... echa cuentas, le digo. Pienso que la báscula puede estar estropeada y la busco para pesarme. Cada vez que me subo, alguien se acerca, me toca el brazo, me empuja o me pone algún peso en las manos, y los números varían. No sé cómo, la báscula está sobre una cama elástica. Imposible pesarme. Me enfado muchísimo y la pago con Elisa (que ha llegado en ese momento). Me mira con cara de asombro y pena. Le pido perdón, la abrazo. A ti sí que te quiero, le digo.