inalámbrico

jueves, 23 enero 2025. Suena el teléfono (aunque no es nuestra casa ni nuestro teléfono, un inalámbrico enorme sacado de una película de ci-fi). Lo coge Alberto pero no le sale la voz. Le digo que hable más alto. Oigo a un teleoperador decir algo sobre una mercería. Alberto le dice que no nos interesa, que no le gusta que llamen a casa para vender cosas. Oigo como el chico se echa a llorar. Le digo que me lo pase. Hablo con él, me cuenta que no ha tenido otra que trabajar de eso. Le digo que él no tiene la culpa, que es la sociedad la que ha fallado, que su generación es la más preparada, que nosotros a su edad no hacíamos nada, no viajábamos, no hablábamos idiomas. Parece que se calma. Según le voy hablando su voz se va pareciendo cada vez más a la de Andrés.