gorro de pelo

miércoles, 10 diciembre 2025. Me visto a toda prisa porque llegamos tarde. Odila (una amiga de la infancia a la que no veo desde hace años) se ha puesto mi ropa. Le queda mejor que a mí. Llevo un pantalón de punto y un jersey muy suave (parece que voy en pijama). Le pregunto qué tal estoy. Perfecta, dice. Pienso que siempre fue muy amable conmigo, una amiga de verdad.Odila me enseña un chorizo que ha comprado. Me pregunta si es bueno, que dónde suelo comprarlo yo. No me da tiempo a responder. Aparece un chico y le dice que el mejor chorizo es el que venden sus padres. No entiendo que se meta en la conversación (y mucho qué hace en mi cuarto). Odila me mira como diciendo, vamos a decirle que sí a todo, pero vamos a hacer lo que nos dé la gana.
+
Estoy en un edificio de madera con muchas habitaciones. En algunas hay gente joven trabajando en lo que parecen maquetas, en otras muebles de madera. Concluyo que es una escuela. Las escaleras son muy rudimentarias, parece que se vayan a romper. Pienso que las han hecho los alumnos. Veo de lejos a Francisco, le hago señas para que me ayude, pero me saluda desde lejos y desaparece. Pregunto a un grupo por la salida. Haz el camino al contrario, me dicen y se ríen. He dado tantas vueltas que no sé dónde estoy. Me pica la cabeza, me quito un gorro de pelo negro (tipo Bobby ingles), pero mi pelu es igual al gorro (tipo Jackson Five pero muy enredado). ¿Con gorra o sin gorro?, pregunto al chico. Con gorro, dice con guasa y cara de susto.+
Espero a Elisa en el que fue mi cuarto de niña. Sobre la cama hay un álbum que le regalé con estampas de mi infancia y una tarjeta collage, con fotos nuestras de momentos especiales, diciéndole cuánto la quiero. Me apena pensar que quizá, en un futuro, sus hijos no le den importancia y acabe en la basura.