viernes, 29 noviembre 2024. Estoy con mi hermana en un bar (se parece mucho a una cafetería que había en la esquina de Gran vía con Mesonero Romanos). Mi hermana me lee varios folios de algo que ha escrito sobre su vida (tono de telenovela). Llega su amiga Virtudes. Mi hermana le dice que me ha leído algo que ha escrito y no le he hecho ni caso. Le digo que no es verdad, que hasta he tomado apuntes de todas las faltas gramaticales y de ortografía. Virtudes, que no le hace caso, saca una cámara diminuta, del tamaño de una castaña, levanta el brazo y comienza a grabarlo todo. Según graba va a pareciendo en los monitores que hay en el bar (colgados cerca del techo). Pienso que dónde vamos a llegar. Pienso que qué hago yo allí. Pienso en cómo escapar de allí.
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Como cada día, le pregunto a la gata de mi hermana cómo está, solo que esta vez me responde: Bien. Llamo a mi madre. ¡Mamá, por fin habla!, le digo. Y mi madre y la gata se enzarzan en una conversación interesantísima.