lunes, 27 octubre 2025. Vamos en coche. Alberto ve una plaza en cuesta donde han dibujado una cuadrícula con tiza. Me hace un gesto y le digo que sí. Bajamos para verla de cerca. En cada cuadrícula hay, de repente, un silla (cada una distinta a la otra). Nos sentamos. La tranquilidad se acaba cuando empiezan a llegar mujeres y niñas. Van arregladas como para una fiesta. Le pregunto a una de ellas qué son las cuadrículas. Me explica algo sobre un santo y señala a una niña que dibuja algo en el suelo, entre las sillas. Una chica se me acerca con un perrito en los brazos. Está preñada, me dice con cara de felicidad (lo dudo porque es un cachorro). Me lo pone en los brazos a pesar de decirle que no quiero cogerlo. Temo que se me caiga porque es muy pequeño. Le noto una gran barriga y dos corazones latiendo. Se lo devuelvo. Efectivamente está preñada, le digo.