falsa bala y falso funeral

sábado, 18 diciembre 2010. Un niño se queja de que cuando va al colegio otro le pega, se esconde detrás de mí, me hace prometerle que no dejaré que le peguen más. Le digo que lo seguiré disimuladamente para atrapar al que le pega. En el sueño consta que el niño es mi amigo Juan. Lo sigo por calles vacías hasta que desaparece. Dos niños me disparan con cerbatanas. ¡Le he dado!, grita uno y huyen. Noto un escozor en el cuello, aprieto y me saco una bala plateada con forma de dedal. En el cuello me queda un hueco enorme des que empieza a manar algo así como plastilina.
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En el hall de una casa muy antigua hay unas chicas haciendo que lloran. Todas llevan vestidos negros estilo años 20. Les pregunto si se ha muerto alguien. Es el funeral de Mario, dice una aguantando la risa. Me quedo helada. Otra me dice que disimule y llore, que está a punto de entrar. Mario entra disfrazado de mujer gorda, con vestido y peluca azul. ¡Gracias pro venir a mi funeral!, dice con la voz impostada.