martes, 17 junio 2025. Tengo una entrevista de trabajo. La prueba consiste en meter en un tubo una crema pastelera rosa. Mientras lo hago me preguntan por qué sería buena para ese puesto. Porque no tengo que tratar con humanos, respondo. La chica se ríe (aunque yo lo he dicho en serio). Y se me da muy bien, ¿ves? De repente estoy en una bici estática (no sé si es otra prueba, ahora de resistencia). Otra chica me pasa libros y marcapáginas que ordeno por tamaño mientras pedaleo. Los dejo sobre una cama (la habitación se parece a mi dormitorio) y pienso que guardaré los marcapáginas para Francis y Blanco, y uno con forma de lima de las uñas para mí. No son para ti, me dice la chica como si me leyera el pensamiento, son para enviar a nuestros clientes. De repente estoy en el que fue mi cuarto en casa de mis padres. Todo está manga por hombro. Para dormir coloco dos sillas enfrentadas. Mariángeles entra por la ventana. Dice que al llegar a casa su cama estaba ocupada y que si puede dormir conmigo. ¿Tienes una cama para mí? Le señalo la mía. ¡No puede ser!, dice asombrada.