domingo, 1 junio 2025. No recuerdo cómo empieza el sueño, pero supuestamente hemos llegado a casa de Miki Nadal (nos ha llevado él). Hablo con su madre y su abuela. Son encantadoras. Me piden que convenza a su hijo de que coma menos, que adelgace, porque el médico le ha dicho que si sigue así puede pasar lo peor. Nadal a ratos es él y a ratos mi amigo Jorge. Nada más llegar se sienta a comer un postre enorme de chocolate. la madre y la abuela me hacen una seña para que le diga algo él creo que se da cuenta se levanta y desaparece. La abuela me dice, sé dónde se ha escondido pero no puedes decirle nunca que te lo he dicho. Me lleva a una especie de garaje donde hay una puerta pequeña que da a un cuarto supuestamente secreto. Ahí se escondía de joven para hacer música y se creía que no lo oíamos, dice la abuela. Cuándo vemos que va a salir nos escondemos, me agacho y cierro los ojos. Al abrirlos estoy cruzando un puente de Londres. Hay una estatua metálica enorme, con un hueco debajo, donde la gente entra para hacerse fotos. Oigo disparos, le digo a dos personas que están conmigo que no se muevan, que nos quedemos ahí hasta que pase el tiroteo.