patinete

jueves, 30 junio 2022. Alberto me llama desde la acera de enfrente. Detrás hay un monte de eucaliptos. Cada vez que intento cruzar aparecen coches a toda velocidad. Los sorteo como puedo. Llegamos tarde, vamos en patinete, dice y se pone un casco. Intento subir detrás de él. El patinete comienza a subir el monte pero cae en un agujero. La tierra se lo traga como si fuera arenas movedizas.

lluvia muy fina

miércoles, 29 junio 2022. Voy con mi madre por la alameda. Mira los árboles entusiasmada. Comienza a llover aunque hace sol. Es una lluvia muy fina que ni siquiera moja, pero quiero evitársela. Vamos a casa, le digo. Ella cierra los ojos y mira hacia arriba. Todavía no, que se está muy bien, dice. Le pongo las manos a un palmo sobre la cabeza para que no se le estropee el peinado.

tazas y vinilos

domingo, 26 junio 2022. Estoy en lo que parece una habitación de hotel con gente que no conozco. Tengo que hacerle unas fotos a un grupo musical. Me llama la atención uno de ellos con el pelo rizado tipo afro (me recuerda mucho a Camilo de Ory de joven y eso me entristece). Consigo colocarlos a todos delante de una pared empapelada, tipo retro, pero se mueven demasiado y no puedo hacer las fotos. De repente paso a estar delante de una mueble enorme de cocina donde han amontonado varias vajillas y juegos de café. Solo quiero desayunar, pero es imposible sacar alguna pieza sin que las demás caigan. Aparece Tesán y me sostiene por detrás para que pueda alcanzar una taza. Como era previsible, al sacarla todo lo demás cae y queda hecho añicos en el suelo. De repente el hotel se ha convertido en mi casa y está llena de gente que desayuna en mesas como si fuera el restaurante de un hotel. Alguien dice que se han repartido mis vinilos y quedan algunos en la terraza para tirar. Corro a la terraza a recuperarlos, pero están blandos y doblados. Me da mucha pena. Tesán me consuela abrazándome desde atrás.

césped falso

sábado, 25 junio 2022. Sigo a una chica que camina muy rápido. Cruzamos un pueblo y un sendero por mitad del campo hasta llegar a otro pueblo. El pueblo está lleno de jipis vestidos de colorines. La chica entra en una casa muy destartalada de varias plantas. Pienso que quizá sea una tetería. La sigo escaleras arriba. Llego a una azotea con desniveles, como si fuera de verdad un prado, cubierta de césped falso. Aparece una cabra (a ratos es cabra, a ratos oveja) que no deja de embestirme. Me libro de ella y salgo de la casa. Me olvido de la chica. De nuevo en el pueblo (que ahora está completamente vacío), veo sobre el asfalto unos billetes junto a una caravana. En un principio me alegro, porque creo que solo son cinco euros, pero al ver que son más de cien intento buscar a su dueño. Pregunto en una farmacia si saben de quién es la caravana o si alguien les ha dicho que ha perdido dinero. De repente todo ha pasado de jipi a futurista. La farmacia es un espacio blanco con un cubo, también blanco, en el centro. El cubo tiene una ranura de veinte centímetros por donde hablo a la farmacéutica.

congreso

jueves, 23 junio 2022. Se supone que estoy en un congreso o algo parecido. Estoy en el estrado sentada en una silla d tijera. Pienso que menudo cutrerío, poner sillas de tijera para los ponentes (y ni si quiera hay una mesa delante). Hay tres personas más conmigo, a mi izquierda. No conozco a nadie y procuro no hablar con nadie. Tampoco sé qué hago allí ni qué tengo que decir. Cruzo las piernas y me limito a observar al público que se va sentando en sillas (idénticas a las del estrado) que hay en una explanada. Entre el público veo a mi sobrino Diego. Me acerco, le pregunto si sabe de qué va todo esto. No sabe, dice que él solo está haciendo tiempo hasta la hora de comer, que tiene reserva en un restaurante que hay cerca de allí.

bicicleta

domingo, 19 junio 2022. Camino con Francis por la calle. Vamos muy juntos, como si nos consoláramos de algo el uno al otro. Nos paramos en la esquina para despedirnos. ¿Vamos mañana a la playa?, me pregunta. Ya sabes que no puedo ir. Tú que eres psicólogo, ¿cómo se llama lo que me pasa? Hace mucho que no soy psicólogo, pero lo que te pasa se llama, que no puedes ir a la playa. Nos despedimos. Tengo la sensación de que no voy a volver a verlo. Subo a casa de mis padres. Mi hermana habla muy rápido, me cuenta mil cosas a la vez, no entiendo nada de lo que dice. Salgo a la terraza para ver cómo se aleja Francis. La terraza está llena de cachivaches, incluso una bicicleta enorme que no sé de quién es. Miro hacia la cuesta, no lo veo. La cuesta es distinta, ha cambiado, es una plaza con parterres.

nunca escuches a battiato si estás un poquito triste

sábado, 18 de julio 2022. Unas chicas (una rubia que se parece a Scarlett Johansson y una morena, las dos con el pelo muy corto, rapado por los laterales), me dicen que se han puesto microplásticos en el casco de la cabeza para que parezca que tienen más pelo.
+
Mi sobrino Darío llora con la cara entre las manos. Le pregunto qué le pasa. Dice que no es justo que las mujeres se queden calvas, que deberían quedarse los hombres. Le digo que es justo así, que no se preocupe. Me veo en un espejo, estoy calva.
+
Mis tías y yo esperamos malas noticias. Intento amenizar la espera con una canción feliz. Pongo en el portátil "Yo quiero verte danzar". Las tres lloramos calladamente.

la chica china

viernes, 17 junio 2022. Subo la cuesta que lleva a mi casa junto a una chica china que, por su atuendo, viene de la playa. No deja de contarme cosas ni un segundo. Me habla de una niña que se bañaba en la orilla. Yo le digo a todo que sí porque ya empieza a cansarme. Veo en la acera un agujero del tamaño de un euro y dentro la foto de una niña. Le pregunto si es ella. ¡Oh, sí! La recoge. Es una foto de carnet redonda. Ya podría haberla pegado a un imán para que pudiera ponerla en el frigorífico, dice.

andén

martes, 14 junio 2022. Chivite ha presentado un libro. Llego tarde. Me saluda desde lejos. Tiene el pelo muy largo. Me hace una seña que significa que ha dejado un libro para mí. Intento encontrar a algún conocido entre el público. Nada. No sé qué hacer ni dónde ir.
+
Llego a una casa junto a la playa. Se supone que la dueña de la casa me propuso vivir con ella y le dije que no. Al entrar en la cocina veo fotos en la pared. No hay ninguna mía. La dueña me mira con desprecio. No quisiste, ya no estás, dice. Un grupo (los que aparecen en las fotos) desayuna en una mesa larga de madera junto a un ventanal. Veo el mar completamente transparente. En el fondo se ven botas de agua y zapatos en vez de piedras. Voy a bañarme, le digo. ¿Has traído bañador? No me hace falta. Al levantarme de la mesa veo que voy en bragas, unas bragas negras que me servirán de bikini. Arriba te darán una toalla, dice sin mirarme. Arriba hay un pasillo estrecho con ropa en una barra. Toda la ropa es negra. Un señora muy mayor me dice que desde que murió su marido (el de la dueña de la casa) dejó de vestir de negro. Me da una toalla de playa. Cuando salgo de la casa se ha hecho de noche. Llevo unos tacones muy altos de ante marrones que no sé de dónde han salido. Camino por un andén, pierdo pie y caigo a las vías. Me recompongo, subo de nuevo al andén como lo haría para salir de una piscina. Camino por una acera donde solo hay hoteles. No sé dónde estoy, no sé dónde voy, los tacones me hacen daño.

enchufe

domingo, 12 junio 2022. En una habitación enorme y vacía. Busco un enchufe para usar el secador. Hay uno roto atado con gomillas. Me parece muy peligroso. Hay gente que no conozco por la casa, pero cada uno va a lo suyo.

cuba

jueves, 9 junio 2022. A las puertas de un hotel hay una especie de cuba con un palmo de agua. María sale vestida de negro con el pelo muy largo. Salta a la cuba y hace el muerto. Después se escurre el pelo en la acera y vuelve a entrar en el hotel. Observo la escena desde la acera de enfrente. Pienso que quizá su habitación no tenga baño.

uniformidad

miércoles, 8 junio 2022. Parece una reunión de poetas, o un encuentro previo a una lectura. Yo charlo con alguien cuando aparecen dos poetas exactamente iguales. Me saludan como si me conocieran de toda la vida. No sé quiénes son. Cuando me acerco noto ciertas diferencias. No son gemelos, son muy parecidos. Observo su ropa, su manera de hablar (muy clásico y uniforme todo). Por más que me esfuerzo no consigo saber de qué no conocemos.

las mismas piernas

sábado, 4 junio 2022. Un gato recién nacido negro, con mucho pelo, salta desde la terraza de enfrente a la de mis padres a pesar de que hay más de cincuenta metros. Mi hermana dice que se lo queda. Ya tienes uno, le digo, además, la señora de enfrente está buscándolo. La señora de enfrente resulta ser la madre de Emilio. Le hago señas para que sepa que su gato está a salvo, pero no me ve.
+
Javi y Víctor caminan delante de mí. Van muy juntos, incluso hay momentos en los que parecen una sola persona. Pienso que los dos han sacado las piernas de su padre, Francis. Lo raro es que no vamos por la calle, vamos por los pasillos del que fue mi colegio.
+
Andrés, sin decir nada, se me acerca, me pasa el brazo por encima del hombro y me consuela. Caminamos un momento así hasta que aparece Belén (una niña, ya mujer, que estaba en mi colegio) y nos mira con mucho desprecio. Hoy no iremos a clase, le digo.

pitillera

viernes, 3 junio 2022. Le cuento a mi madre, exagerando mucho los gestos, que alguien me ha preguntado si era feminista, y yo le he respondido, ¡no, voy a ser un cangrejo! Mi madre ríe como si fuera la ocurrencia más graciosa del mundo. Mientras, en segundo plano, veo que mi padre ha colocado en fila, apoyadas sobre la pared, algunas de sus cosas más queridas (entre ellas una pitillera que me gustaba mucho de niña). Pienso si las deja ahí para que elija la que quiera porque sabe que va a morir y se está desprendiendo de sus cosas. Me siento muy triste, pero también siento que debo seguir haciendo reír a mi madre.

parapeto

martes, 31 mayo 2022. No sé si entro o salgo de la casa de mis padres. En vez de puerta hay una mesa de playa, de madera, plegada como parapeto. Me extraña que duerman tranquilos así porque mi padre suele repasar más de veinte veces si está bien cerrada la puerta. Al entrar en el ascensor, comienza a bajar sin fin, más abajo del garaje, pero aparezco de nuevo en el quinto piso. Bajo uno andando hasta la planta de mis padres. Vuelta a empezar.

servilleta

lunes, 30 mayo 2022. Se supone que Daniel e Itziar se han conocido en un bar por la noche. Itziar me pregunta si Daniel ha dicho algo de ella. Le enseño una servilleta de papel donde Daniel escribió algo. Qué frío, se queja ella.

corbatas

domingo, 29 mayo 2022. Veo en la acera varias maletas amontonadas. En un portal están Francis, Elisa, Alberto y alguien más. Se supone que acaban de llegar de Nueva York y les han perdido las maletas. Les digo que están en la acera, que las vigilen. Entran en una tienda de trajes y corbatas tipo inglesa. Están arriba con el dueño. Tropiezo con todo, desordeno unas corbatas que había en una mesa enorme. Todo está tapizado en color vino. Subo por fin al piso de arriba encaramándome por las cortinas hasta la balaustrada. El dueño parece un Truman Capote avejentado. Me hace bromas irónicas. Si no tuviera tanta pinta de gay pensaría que intenta ligar conmigo. Tomamos el té en un cuarto pequeño desordenado que contrasta con la majestuosidad de la tienda. Los oigo hablar, pero mi cabeza está en otro lugar. No sé qué hacemos allí, quiero irme.

el asiento de atrás

jueves, 26 mayo 2022. Salgo con prisa de un sitio que se parece mucho a las entradas de instituto de algunas series. Cuando yo salgo Nuria entra. Nos alegramos mucho de vernos. Dice que ella puede ayudarme (no sé a qué). Corremos hacia mi coche. Vamos muy rápido. De repente le pregunto si se ha dado cuenta. ¿De qué? De que las dos vamos en el asiento de atrás. Salto por el asiento del piloto y tomo el volante justo a tiempo de frenar en la playa, junto a un restaurante donde parece que se celebra una fiesta.
+
Estoy en el sofá de mi antigua casa de Salitre. Hay un niño a mi lado (se supone que es mi hermano pequeño). Hacemos recortes con revistas. Se me sale una especie de tornillo de plástico de la vagina y rueda por el suelo. Voy a buscarla

niño cantor

miércoles, 25 mayo 2022. Parece una sobremesa. En un extremo está la familia Chivite, en el otro yo (en medio hay personas que no conozco). Se supone que Chivite es pintor y cantante. Le pregunto desde lejos si de niño cantaba en el coro de la iglesia. Dice que sí. Ya te había imaginado vestido con trajecito rojo hasta los pies, le digo.
+
Mi tía y yo estamos en el jardín de Odila. Está sentada y yo acuclillada frente a ella. Le digo que hace días que no sé nada de Alberto. De repente lo vemos pasar. Salgo a la acera, lo llamo, se vuelve. ¿Alberto? Me mira como si no me conociera. ¿Eres Alberto?, repito. Si me lo preguntas es que no, dice y sigue su camino. Cuando vuelvo con mi tía llego justo a tiempo de agarrarla antes de que se desmaye.

las pauline

lunes, 23 mayo 2022. Estoy sobre una tubería enorme y rota que desemboca en la playa. Hay mucha gente, como si esperaran a que comenzara un festival de música. Veo a Daniel, intento acercarme pero la tubería se abre y se cierra. Una niña queda aislada en uno de los pedazos. me recuerda a cuando un oso queda en un trozo pequeño de hielo. No se cómo su madre la rescata. De repente estoy en el que se supone es el cuarto de Daniel. No me hace mucho casi, ni siquiera me mira a la cara, sigue a sus cosas mientras le cuento que conocí a las chicas de Pauline en la playa. Daniel sigue poniendo vinilos. En el suelo de su cuarto hay una pella de barro. Pienso que es para tirar y, por ayudar, la envuelvo en papel de periódico y la tiro. Me siento en la cama a esperar. Aparece Justo navarro, me enseña tres libros sobre músicos, dice que me regala uno pero no les mire el precio. Unas amigas de Daniel pasan y me miran con desprecio y asco por estar sentada en la cama de Daniel con un hombre. Casi les suelto esa frase estúpida de "No es lo que parece", pero no digo nada.

hipopótamos y lamparita

domingo, 22 mayo 2022. Avanzo por el paseo marítimo como si fuera en ala delta sobre los coches. Por la orilla avanza una familia de hipopótamos que parecen dibujos animados. Parece que persiguen a un coche que lleva sobre el techo atado con cuerdas un cojín de Bob Esponja.
+
Camino una caja de zapatos sin tapa. Dentro hay piedras, botones, canicas y semillas. Se supone que voy a hacerles fotocopias. Suena el móvil, es mi prima Elisa. Buenas noticias, dice, tu madre está en una habitación con lamparita. Entiendo que quiere decir que está en planta. Visualizo una mesita de noche con una lamparita que da luz color vino y me entristece muchísimo.

madonna y kb

sábado, 21 mayo 2022. Estoy en una habitación larga y enmoquetada (a ratos parece una limusina). Hay personas sentadas que no se hablan. De repente le digo a una: ¿Sabes que está aquí la auténtica Madonna? A quien se lo digo es a otra auténtica Madonna. Se miran, no dicen nada.
+
Enrique KB y yo optamos a mismo puesto de trabajo (en un bar). Nos dan el examen. Solo hay dos preguntas: 1) Define el capitalismo; 2) Qué sonido no oyen los perros. Le pregunto al dueño del bar cuánto tiempo tenemos. Dice que solo tenemos que escribir una palabra o una frase corta, como mucho. Me alegro. Miro de reojo a KB que ya está escribiendo. Escribo dos palabras por respuesta. El duelo del bar hace la broma de echarnos un cubo de agua por la cabeza a cada uno. (Todo esto sucede cerca del puerto, muy cerca del agua y temo caer en cualquier momento).

el niño burbuja está en un lugar seguro

jueves, 19 mayo 2022. Entro en la cocina de la casa de mi madre. mi madre me entrega una burbuja gelatinosa con un bebé dentro (no sé si es de verdad o de juguete, pero lo trato como si fuera de verdad), lo coloco en un lugar seguro. Mi madre y mi hermana están muy cerca, como si fueran dos unidades que deben unirse. Me llaman la atención sus espaldas desnudas y convexas. Las empujo para que se abracen. Se hacen una y eso me hace feliz.

canoa de bolsas de plástico y robo de libros

miércoles, 18 mayo 2022. Sergio Ramos está con todos sus hijos dentro de una canoa hecha con bolsas de plástico. Me dice que convenza a uno de ellos para que no sea periodista. El que quiere ser periodista no tiene más de tres años pero habla como una persona mayor. Me da sus razones para serlo y no tengo más que darle la razón. Miro a Sergio Ramos y me encojo de hombros.
+
Estoy en una casa que no me es familiar (se supone que es la casa de Ayllón). Antonio me dice que va a robarles los libros que le robó. Entre ellos hay un libro de los años 70 sobre el aborto, contado para niños. Me parece muy rato, pero lo cojo y se lo doy a mi prima Elisa. Se pone muy contenta, dice que se lo regalará a su hija.

rubias con coleta y coles muy pesadas

domingo, 15 mayo 2022. Llego a un edifico enorme. He quedado con alguien en una sala, pero no recuerdo el nombre de la persona ni la sala. Enseño una foto a las recepcionistas. Cuchichean entre ellas. Por el cuadro que aparece al fondo debe ser la sala (dice un nombre que no entiendo). Me acompaña. Recorremos el edificio por espacios diáfanos, las paredes son de cristal azulado (hasta el suelo parece de cristal). Se mete por un tubo-tobogán en el que hay cajas de plástico. Temo hacerme daño. Me fijo en que las cajas tienes las equinas romas. La sigo. Recorremos el tubo durante un rato como si fuera un tobogán de parque acuático y desembocamos en una sala de juntas. Unas diez chicas muy parecidas (rubias con coleta) están sentadas muy derechas al rededor de una mesa ovalada muy larga. Explícales, me dice la recepcionista. No sé muy qué hacer y al verme titubear me dice que lea mis poemas. veo que llevo el bolso rojo con folios, los saco, leo poemas. Lo hemos grabado todo, te puedes ir, dice la recepcionista. De repente ya estoy fuera. No reconozco el lugar. Aparece Javi con una cámara de vídeo de los 90. Mira te he grabado leyendo, dice entusiasmado. Me alegro mucho de verlo, quizá él pueda decirme dónde estamos y cómo volver a casa. Llegan las chicas rubias de antes pero sin coleta, corren hacia mí como colegialas, quieren despedirse, algunas lloran. Una de ellas me da un sobre de azúcar donde aparece su teléfono. Les doy besos y abrazos a todas. Javi sigue grabando. Para que no se te olvide, dice sonriente.
+
Voy por la calle y al pasar junto a dos niñas y un niño, la más pequeña grita, ¡mamá!, corre hacia mí y me da la mano. Le pregunto si se ha perdido. Mamá, repite. Vuelvo con ella de la mano sobre mis pasos. Su hermana y hermano me miran asombrados. Eres igual que nuestra madre, dicen. Los tres son rubios con ojos claros, no se me parecen en nada. ¿Dónde está vuestra verdadera madre? Una chica con una libreta y un boli, me explica que son huérfanos de guerra. la pequeña no quiere soltarse de mi mano. Le pregunto a la chica si se pueden quedar a vivir conmigo. La chica apunta todo lo que digo en su libreta, pero no me responde.
+
Se supone que habíamos aparcado el coche en una plaza, pero al llegar la plaza se ha convertido en mercado y terrazas de restaurantes. El coche está bajo un cañizo y detrás hay un montón de cajas con verduras. Hay coles y coliflores enormes en el suelo. Los cocineros de los restaurantes nos observan con gesto de guasa (van vestidos de cocinero de dibujo animado, todos gordos con bigote y unos sombreros blancos enormes en forma de seta). Les digo si pueden ayudarnos. No se mueven, se ríen con los brazos cruzados. Alberto ha desaparecido (pienso que ha ido a llamar a la policía). Comienzo a mover cajas, coles, mesas y sillas. Me sorprende que las coles pesen más que los muebles. Pienso que sólo se trata de hacerlo como si jugara al tetris, acumularlo todo en un rincón para poder sacar el coche marcha atrás. Me quito un abrigo negro que llevo con las solapas subidas y lo cuelgo en un gancho que sobresale en una caja. Una chica me dice que lo he puesto sobre su vestido y lo quite. Los clientes de las terrazas observan como muevo cajas y muebles, ven cuánto me cuesta, pero nadie intenta ayudarme.

seat 600

sábado, 14 mayo 2022. Estoy dentro de un 600 charlando con mi prima Elisa, Andrés y mis sobrinos. Estamos de pie, como si el 600 fuera una habitación grande y pequeña a la vez. Pregunto la hora. Las diez, dice Elisa. ¡No puede ser, se me ha hecho tarde! Mis sobrinos ríen porque dicen que me parezco al conejo de Alicia en el país de las maravillas. Busco mi bolso, pero no lo encuentro. Andrés dice que sale a por algo. Sé que me lo ha escondido para que no me vaya. Elisa, que también lo sabe, dice: Siempre hace lo mismo, espera. Mete la mano entre el forro del techo y el techo del 600, va sacando cosas hasta que saca un bolso bandolera cuadrado de plástico rosa. Aquí está, dice satisfecha. Sé que no es mi bolso, pero le doy las gracias, lo cojo y me voy rápidamente.

moqueta

viernes, 13 mayo 2022. Nos encontramos a Siracusa. Nos cuenta cómo tuvo a su hijo (en la vida real no tiene). Dice que lo tuvo en pie, se agarró a unas cadenas y apretó. Hace los gestos junto a un portal, agarrándose a los barrotes de la puerta. ¿Queréis ver dónde vivo?, pregunta y comienza a correr. hay que darse prisa porque es una residencia de señoritas y no dejan entrar a nadie. Corremos tras ella, una pasillo largo con puertas numeradas. Su habitación es muy grande, llena de muebles, libros por todas partes y souvenires de todas partes del mundo. También hay fotos posando con escritores famosos, incluso Borges. En una estantería hay una cristalería de copas rojas talladas. No me pega nada. Bajo el cristal de su escritorio hay un cuadro sinóptico con nombres de personas. Aquí tengo a las personas más fuertes y constantes, dice. Veo mi nombre. Yo no soy así, deberías poner mejor el nombre de mi madre, le digo mientras miro la moqueta. Pienso que sacando todos los muebles y adornos podría vivir en ese cuarto y ser completamente feliz.

viaje de vuelta

miércoles, 11 mayo 2022. Estoy de viaje con que toda la familia. Al pasar por una calle de bares, vemos a varios personajes de "Sálvame". Están bailando en lo que parece una rampa de tierra de obra. Lidia Lozano baila y se cae al suelo continuamente. Matamoros, abrochándose la camisa, dice que él ya ha pedido su deseo. Su novia mira el portero automático de un edificio a intenta anotar quién vive en cada piso, pero solo aparecen las iniciales. Intento ayudarle. Dice que de tanto viajar al extranjero se le está olvidando el español, que si sé dónde venden diccionarios. Le digo que si quiere aprender gallego hable con las gemelas. Lo digo imitándoles el tono cantarín y se parte de risa. (Las gemelas son dos niñas rubias lánguidas de unos ocho años que no sé de dónde han salido, pero vienen con nosotros). Mi madre se acerca a ayudar e intenta descifrar iniciales. Señala una al azar y dice: Esa soy yo. Alguien nos recuerda que tenemos reservada una mesa. Vamos. Al pasar por delante de una tienda de baratijas, el dueño me dice que ha encontrado la pistola de silicona que me prometió. Le digo que espere, que ahora vuelvo, porque quiero comprar un kit de flamenca para una niña. Tengo de todo, dice muy contento y, como si pasara las páginas de un libro, me enseña un muestrario vertical de pendientes y collares de plástico. Le explico a mi madre que el kit es para Amaia, la bisnieta de Tito Paco. No me hace caso. En ese momento mi padre dice que tendríamos que pensar en cómo volveremos a casa. Dibuja un cruz en un papel. Aquí la estación uno, dice. Dibuja otra cruz a un centímetro. Aquí la estación, dos. Después dibuja un enrevesado camino con el boli. Así se va de la uno a la dos en metro. Le digo que podemos ir andando y ahorramos tiempo. Me miran como si hubiera dicho una barbaridad. En ese momento las niñas gemelas se echan a llorar. Somos muy cobardes, no queremos ahogarnos. ¡El agua os llegaba por aquí!, les grito con acento gallego señalándome por debajo de la rodilla.

el del procono

martes, 10 mayo 2022. Mi madre y yo dormimos en el comedor de la casa de mi abuela (donde debería estar la mesa hay una cama de matrimonio que lo ocupa todo). Un ruido me despierta y veo pasar a un hombre enorme hacia el cuarto de baño. Aviso a mi madre. Dice, muy tranquila, que es el del Procono, que cada noche pasa a ver si está bien la antena. Donde deberían estar los cuadros hay un espejo enorme. Llevo el pelo muy rizado. Mi madre intenta recogérmelo con un pañuelo. Parezco sacada de un vídeo de los 80. Le digo a mi madre que nos vayamos cuanto antes. El del Procono sale, dice que todo está en orden. Cada día está usted mejor, le dice a mi madre que, efectivamente, parece muy joven. Es que una vez al año vamos a Madrid, le dice. Salimos al jardín, es de noche, me muero de sueño, pero quiero irme de allí cuanto antes.

huir sin descanso

domingo, 8 mayo 2022. Al despertar, estoy en una casa que parece nórdica. Hay pocos muebles, las paredes son cristaleras, se respira paz. No sé dónde estoy pero no me importa. Cuando voy a preparar la cafetera comienza a llegar gente. Miran la casa como si fueran a comprarla. Intento salir como puedo. Veo a Alberto de lejos y corro tras él. Entra en un edificio que parece un ayuntamiento o un teatro. Llego a un salón vacío con sofás y sillones pegados a la pared, como si fuera a haber un baile. Comienza a entrar gente hasta ocupar todos los sillones. Una azafata me pide que le ceda mi asiento a un anciano. Reconozco a cuatro o cinco escritores famosos. La gente los mira con veneración. Intento escabullirme. Una chica me arrincona y pregunta si los conozco, porque sabe que yo también soy escritora. Le digo que ser escritora es no es tan bonito como parece, que no se puede vivir de los libros. Veo de lejos a Oeste que también intenta escabullirse. Me acerco, lo abrazo. Dice que no puede quedarse, que lo siente mucho. Desaparece escaleras abajo. Aprovecho para salir por una puerta lateral. Corro por la calle sin saber hacia dónde voy. Vuelvo a ver a Alberto de espaldas, entra en una especie de ermita de piedra. Dentro hay una escalera de piedras redondas gastadas. En vez de bajar me dejo resbalar para llegar antes. Una vez abajo no hay salida (sólo unos cuantos santos en el suelo y unas velas. Cuando me vuelvo, la escalera es de metal con tablones de madera. Veo que alguien va a tenderle una emboscada a Alberto y lo aviso a gritos, pero resulta ser un teatrillo con pistolas y espadas de juguete. Llego a lo que parece el bar de un museo. la gente se agolpa para tomar algo, pero las mesas y sillas están apiladas junto a la pared. Las coloco ordenadamente, pongo en cada lugar los cubiertos, las aceiteras, la sal. Las mesas son muy bajas y en tonos pastel, parecen de guardería. Mi cuñada dice que tiene que irse urgentemente porque mi suegra le ha dicho que no sabe hacer mayonesa. Le digo que es muy fácil, que en yo la hago sin huevo en treinta segundos. Se va de todos modos y me deja a su hija. Dice que mañana me toca cuidarla. No sé cómo voy a apañarme porque a la mañana siguiente tengo que ir a trabajar. Me acerco a Alberto con mi sobrina de la mano. Está sentado y comiendo en una de las mesas que he preparado. Ni siquiera me contesta.