jueves, 15 mayo 2025. Se supone que hemos comprado una casa en la playa con otra pareja y vivimos allí los cuatro. Es una casa enorme con salones inmensos con muebles muy modernos. Parece sacada de una película de Hollywood. De repente empieza a entrar y salir gente, no sé quiénes son, le pregunto a la otra pareja si son sus invitados. Dicen que no, que debe de ser que hay una fiesta en el hotel de al lado, piensan que somos parte del hotel, y entran a usar mi cuarto de baño. Lo dicen muy tranquilos, sentados en el sofá tomando una copa. Soy yo la que tiene que explicarles todo y echarlos. Algunos se ponen violentos, otras olisquean toda la casa. No puedo más. Le digo a Alberto que no quiero vivir allí. De repente vamos por la calle los cuatro. Alberto y la pareja caen en una zanja. Me asomo y Alberto dice, esto ha sido una escabechina, enseñándome un brazo amputado de alguien. Llamo al 112, llegan inmediatamente, se llevan los cuerpos del chico y la chica. De repente volvemos a estar en la casa. Alberto parece muy triste, corre las cortinas. Le digo que la casa hay que venderla ya. Unos niños se bañan en la piscina. Cuando me acerco me piden perdón. Les digo que pueden bañarse todo lo que quieran, que la piscina es suya para siempre, y si conocen a alguien que quiera comprar la casa se la vendo muy barata o se la regalo.