viernes, 25 julio 2025. Estamos en la terraza de un bar. Me extraña que Alberto se haya pedido una Coca-Cola. Escribe algo en un papel y se lo pega a la copa. Deja el dinero sobre la mesa y se levanta. Solo le ha dado dos sorbos. Ya sabía yo que no te gustaba, le digo. Se echa a llorar, dice que no es eso, que sus problemas para tragar han ido a más. Pero tiene solución, puedes operarte. Con todo lo que tú tienes..., dice. No te preocupes por nada, todo irá bien, le digo y lo abrazo. De repente vamos por la autovía. Al pasar por Benalmadena en vez de verse la estupa se ve la Catedral de San Basilio. Que horteras son los rusos, le digo. Tambien hay unos bloques pintados de rojo y azul muy feos. Al apartar la vista de la carretera, el coche se le va hacia el quitamiedos y tiene que dar un volantazo. Pienso que esa sería otra solución, caer rodando con el coche y que dijera: murieron en Rusia.