cortinas de cretona

miércoles, 17 septiembre 2025. Estoy en una habitación que recuerda a la casa de la vecina de mi abuela, con muebles y cortinas de cretona. La supuesta dueña de la casa está a mi lado, saca algo del bolso y me lo enseña. Lo vuelve a guardar inmediatamente. A mi izquierda está Sonia. Me hace gestos de que tenemos que largarnos de allí cuanto antes. Dicho y hecho. Sonia se levanta y se va. La señora me dice que desde donde está no puede ver bien la tele, que corra el sofá. No hay ninguna tele pero empujo el sofá que se ha convertido en una cama enorme y pesada. Sonia vuelve. La señora la echa a gritos. Salgo detrás de ella con la excusa de pedirle disculpas (le digo a la señora), pero con intención de no volver. Sonia dice que la peluquera me está esperando. Abro la puerta de un local muy moderno. La peluquera está tumbada en el suelo con postura de pasar de todo. Me mira con desgana y rencor. Sé quien eres, pero no te he reconocido, dice. Pienso que está molesta porque hace mucho que no voy a cortarme el pelo.